Tenemos la idea que todos los alimentos de la dieta aportan calorías y que estas calorías son iguales independientemente del tipo de alimento que consumas, lo que ha llevado a la idea de que “Una caloría es una caloría” y que “Todas las calorías son iguales”.
Bajo la premisa de que existe un balance calórico que regula nuestro peso, si contamos las calorías ingeridas y restamos las calorías utilizadas por la actividad física:
Si el balance positivo ganamos peso
Si el balance es negativo perdemos peso
Simple verdad, pero esto no es totalmente cierto…
Debemos de tomar en cuenta lo siguiente:
- Los carbohidratos y las grasas son usadas primariamente para la producción de energía pero los aminoácidos y parte de las grasas ingeridas tienen una función estructural y NO serán utilizadas para la producción de energía.
- La fructosa induce la producción de ácido úrico y un estado de baja energía que limita el consumo de energía.
- Los carbohidratos inducen la liberación de insulina que favorece el acúmulo de energía en forma de glucógeno y grasa y evita la utilización de la grasa como fuente de energía.
- Si limitamos la ingesta calórica de forma importante o nuestra masa muscular magra es escasa, es muy probable que nuestro metabolismo basal esta disminuido y el gasto calórico basal está limitado lo que también nos limita el gasto calórico y la pérdida de grasa.
El término calorías vacías:
Algunos alimentos como la comida procesada te ofrecen una combinación de azúcar, grasas y sal (con frecuencia fructosa y aceites vegetales) que tienen ciertas características comunes:
- Altamente calóricas
- Sabor agradable y con frecuencia adictivo
- Poco saciantes
- Generalmente altos en carbohidratos.
- Bajo contenido de proteína y nutrientes
- Inducen el desarrollo de obesidad.
Por todo esto, muchos de estos alimentos se conocen como «comida chatarra» «calorías vacías» y suelen ser adictivos, poco saciables e inducen obesidad.
El efecto de los macronutrientes
- Los carbohidratos liberan insulina y favorecen el acúmulo de grasa y dificultan su utilización.
- Las proteínas tienen un alto poder saciante y limitan el consumo de alimentos, normalmente no se utilizan para la producción de energía.
- Las grasas aportan un mayor número de calorías pero son las que tienen menor efecto sobre la liberación de insulina. Consumir grasas en alta cantidad pero sin carbohidratos como en el caso de las dietas cetogénicas induce la pérdida de tejido graso.
Dietas como la cetogénica que limitan al máximo el consumo de carbohidratos permiten la pérdida de grasa sin importar tanto las calorías.
El efecto hormonal de la insulina
Si la insulina es muy baja se activa el catabolismo y la utilización de energía, en un estado con insulina baja es posible la pérdida peso por consumo de glucógeno y grasa.
Altos niveles de insulina como la resistencia a la insulina dificultan o imposibilitan la pérdida de grasa.
Por todas estas razones podemos estar seguros que el efecto hormonal limita o favorece la pérdida de peso (grasa), razón por la que debemos controlar principalmente el efecto de una hormona, la insulina
Niveles altos de insulina favorecen la ganancia de peso (grasa)
Niveles bajos de insulina favorecen la pérdida de grasa.